La importancia de la inmunización en adultos mayores
Las vacunas en la tercera edad son una herramienta esencial para proteger la salud y prevenir enfermedades que pueden tener consecuencias graves en este grupo etario. Con el paso de los años, el sistema inmunológico se debilita, lo que hace que infecciones comunes como la gripe o la neumonía representen un mayor riesgo. Mantener las vacunas al día reduce complicaciones, hospitalizaciones y mejora la calidad de vida de los adultos mayores.
Vacunas prioritarias según especialistas
Entre las vacunas más recomendadas para personas mayores de 60 años destacan la antigripal, la antineumocócica y la vacuna contra el herpes zóster. La vacuna antigripal debe aplicarse anualmente antes del invierno. La antineumocócica protege frente a infecciones respiratorias y la meningitis bacteriana, mientras que la del herpes zóster ayuda a evitar una enfermedad dolorosa que puede afectar los nervios. En algunos casos, también se recomienda un refuerzo contra el tétanos y la difteria.
Beneficios adicionales y prevención colectiva
Vacunarse no solo protege al individuo, sino que también contribuye a la inmunidad comunitaria. Los adultos mayores que conviven con nietos o personas con enfermedades crónicas ayudan a reducir la propagación de virus y bacterias al estar inmunizados. Además, la vacunación regular disminuye el uso de antibióticos y previene la resistencia bacteriana, un problema creciente en la salud pública global.
Consultar siempre con un profesional
Antes de recibir una vacuna, es importante que el adulto mayor consulte a su médico de cabecera. Algunos tratamientos o condiciones pueden requerir precauciones especiales. Llevar un registro actualizado de vacunación y realizar controles médicos frecuentes es clave para mantener un envejecimiento saludable y activo.
Fuente: Organización Mundial de la Salud

