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La importancia de la motivación en la tercera edad

La motivación en la tercera edad es fundamental para conservar la salud física, mental y emocional. En esta etapa de la vida, los cambios en el entorno, la rutina o las capacidades pueden afectar el ánimo. Mantener un propósito claro y actividades que generen satisfacción ayuda a fortalecer la autoestima y a fomentar el bienestar diario.

Establecer metas personales y alcanzables

Una de las claves para mantener la motivación es fijar objetivos realistas que den sentido a cada día. Pueden ser metas simples, como aprender algo nuevo, hacer ejercicio suave o cuidar un jardín. Estas pequeñas conquistas diarias estimulan la mente y refuerzan la sensación de logro, evitando el sedentarismo y la apatía.

La conexión social como fuente de energía

Las relaciones personales tienen un papel decisivo en la motivación. Participar en actividades comunitarias, mantener contacto con amigos o familiares y compartir experiencias genera vínculos emocionales que reducen la soledad. La interacción social promueve el optimismo y mejora el estado de ánimo, factores esenciales para un envejecimiento activo.

Cultivar hábitos saludables y positivos

Adoptar rutinas que combinen ejercicio, buena alimentación y momentos de descanso favorece el equilibrio interior. La lectura, la música o la meditación también son herramientas útiles para mantener la mente activa y en calma. Estos hábitos no solo mejoran la salud, sino que refuerzan la motivación para disfrutar plenamente de cada día.

Fuente: National Institute on Aging

Geriatrico Elisa