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La importancia de mantener una buena hidratación

Durante los meses de calor, las personas mayores enfrentan un riesgo mayor de deshidratación. Con la edad, el cuerpo pierde parte de su capacidad para retener líquidos y percibir la sed, lo que puede llevar a complicaciones graves si no se actúa a tiempo. Mantener una buena hidratación no solo ayuda a regular la temperatura corporal, sino que también contribuye al buen funcionamiento del corazón, los riñones y el sistema digestivo.

Es fundamental ofrecer líquidos de manera constante, incluso si la persona no manifiesta sed. El agua, los caldos suaves o las infusiones sin cafeína son las mejores opciones para mantener el equilibrio hídrico diario.

Cómo identificar los signos de deshidratación

Los primeros síntomas de deshidratación suelen pasar desapercibidos. La sequedad en la boca, el cansancio, la confusión o los mareos pueden ser señales de que el cuerpo necesita agua. En casos más graves, la piel puede perder elasticidad y el pulso acelerarse. Estos indicadores requieren atención inmediata, especialmente en adultos mayores con enfermedades crónicas o bajo medicación que altere los niveles de líquidos.

Estar atentos a estos cambios permite actuar antes de que la situación se complique. En entornos geriátricos o en casa, es útil mantener un horario de hidratación y registrar el consumo diario para garantizar una ingesta suficiente.

Recomendaciones para cuidar la hidratación diaria

Los especialistas recomiendan que los adultos mayores beban entre 1,5 y 2 litros de agua al día, adaptando la cantidad a las condiciones de salud y temperatura ambiental. También es importante incluir frutas ricas en agua como la sandía, el melón o la naranja.

Evitar las bebidas con cafeína o alcohol es clave, ya que pueden favorecer la pérdida de líquidos. Mantener espacios ventilados y ropa ligera también ayuda a reducir el esfuerzo del cuerpo para regular su temperatura, disminuyendo así la pérdida de agua por sudoración.

Cuidar la hidratación en climas cálidos no solo previene la deshidratación, sino que mejora el bienestar general, favorece la lucidez mental y la energía diaria en los adultos mayores.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

Geriatrico Elisa