Importancia de la estimulación sensorial en mayores
La estimulación sensorial es fundamental para mantener la calidad de vida en la tercera edad. A través de los sentidos, las personas mayores mantienen el contacto con su entorno y fortalecen sus capacidades cognitivas y emocionales. Cuando la vista, el oído o el olfato se ven limitados, es frecuente que aparezcan sensaciones de desorientación o aislamiento. Introducir actividades que activen cada sentido ayuda a conservar la autonomía y a mejorar el estado de ánimo.
Beneficios físicos y cognitivos
La estimulación sensorial en la tercera edad favorece la memoria, la atención y la motricidad. Escuchar música, manipular objetos con distintas texturas o identificar aromas familiares activa áreas del cerebro vinculadas con la emoción y el recuerdo. Estas prácticas, además, reducen el riesgo de deterioro cognitivo y estimulan el apetito en personas con baja motivación para comer. De esta manera, la estimulación sensorial se convierte en una herramienta clave para mantener la vitalidad física y mental.
Bienestar emocional y social
Uno de los efectos más valiosos de la estimulación sensorial es su impacto en el bienestar emocional. Escuchar sonidos relajantes, recibir masajes suaves o reconocer fragancias puede disminuir la ansiedad y generar calma. Además, estas experiencias suelen compartirse en grupo, lo que refuerza los vínculos sociales y contribuye a reducir la soledad en los adultos mayores. La estimulación sensorial, por lo tanto, no solo mejora la percepción individual, sino también la interacción con los demás.
Actividades prácticas para el cuidado diario
Incorporar estimulación sensorial en el cuidado geriátrico es posible con acciones simples: talleres de música, sesiones de aromaterapia, paseos al aire libre o actividades de arte adaptadas. También se recomienda ambientar los espacios con luces cálidas y sonidos agradables que generen tranquilidad. Los cuidadores y familiares cumplen un rol esencial al adaptar estas actividades a las capacidades y preferencias de cada persona mayor, asegurando así un efecto positivo en su bienestar.
Fuente: National Institute on Aging
