.

5. No descuides tu lengua

La limpieza de la lengua es otro aspecto fundamental a considerar a la hora de realizar una buena higiene oral. La placa bacteriana también se acumula en las irregularidades que presenta la superficie de este órgano.

La persistencia de bacterias y restos de comida en el dorso lingual puede provocar mal aliento y lengua saburral. Por eso es importante limpiarla cada día.

Lo ideal es contar con un limpiador de lengua. Se trata de un instrumento diseñado de manera especial para raspar la superficie lingual y eliminar todos los residuos que allí se acumulan.

No tener este accesorio no es motivo para descuidar la lengua. Si no contamos con él, se puede utilizar un cepillo de dientes apartado de manera especial para la limpieza del órgano.

Para limpiar la lengua se deben hacer movimientos de barrido de atrás hacia adelante, hasta llegar a la punta. Se repetirán una y otra vez, enjuagando en cada pasada el limpiador, hasta higienizar todo el órgano.

2. Elige pastas de dientes con flúor

Las pastas dentales son un buen complemento que ayuda a limpiar los dientes y prevenir muchas enfermedades de la boca. Las hay de diversos sabores y con compuestos diferentes, que les aportan beneficios específicos.

A la hora de elegir el mejor producto para tu boca, lo ideal es asesorarte con tu odontólogo. El profesional podrá indicarte la pasta más adecuada según tus necesidades.

De todos modos, lo ideal es que elijas un dentífrico que contenga flúor. Este elemento de la naturaleza es capaz de prevenir las caries, disminuir la proliferación bacteriana y reforzar la estructura dentaria.

3. Utiliza hilo dental todos los días

El uso del hilo dental es fundamental para realizar una buena higiene oral. Este elemento nos permite limpiar la zona entre diente y diente, donde las cerdas del cepillo no logran acceder.

El método más utilizado por los adultos consiste en cortar un trozo de hilo dental de 50 cm de largo y enrollarlo alrededor de cada dedo medio de ambas manos. Luego, haciendo presión con los dedos índice y pulgar, se pasa el hilo dental entre los dientes.

Se han de hacer movimientos de arriba hacia abajo para los dientes superiores y de abajo hacia arriba para los elementos inferiores, llegando hasta la línea de la encía. Se presiona contra la pared de uno de los dientes formando una C. Luego, se repite la limpieza, raspando el costado del otro diente del mismo espacio.

Esto se repite en cada uno de los espacios entre dientes de toda la boca. A medida que limpiamos, desenrollamos hilo sin usar de un dedo mayor y enrollamos la seda usada sobre el otro dedo mayor.

Para algunas personas, usar el hilo dental puede ser difícil, sobre todo en los niños. Pero no hay que darse por vencido. La práctica ayuda a adquirir la destreza que se necesita.

Además, existen aditamentos que facilitan su utilización, como los mangos portahilos. Consisten en instrumentos plásticos diseñados para sujetar el hilo y poseen una zona para agarrar y acceder cómodamente a cada espacio interdentario.

Algunos vienen con el hilo ya incorporado y son desechables. Otros requieren que se les coloque seda nueva cada vez que se utilizan.

4. Considera utilizar enjuague bucal para una buena higiene oral

Los enjuagues son un gran complemento a la hora de realizar una buena higiene bucal. Estos líquidos ayudan a limpiar áreas de la boca difíciles de acceder con otros métodos.

El enjuague se utiliza al finalizar la rutina de higiene oral, luego de haber cepillado los dientes, pasado el raspador lingual y el hilo dental. Se ha de llevar una medida del producto a la boca y hacerla circular por todos los tejidos sin tragarla.

El líquido se moviliza en la boca por el tiempo que indique el odontólogo o el fabricante. En general, suele ser alrededor de 1 minuto. Luego se escupe todo el producto.

Hay enjuagues bucales de distintos componentes que les aportan características especiales para diferentes necesidades orales. Siempre será el dentista quien recomiende el mejor producto a utilizar en cada boca.

Así, hay enjuagues con antisépticos que ayudan a reducir las bacterias, de mucha utilidad en pacientes con periodontitis. Otros contienen flúor para remineralizar los dientes y reducir el riesgo de caries o disminuir la sensibilidad.

También existen algunos enjuagues con efectos blanqueadores. Estos ayudan a conservar los resultados de los tratamientos de blanqueamiento dental.

Geriatrico Elisa