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1. Cepilla tus dientes de manera correcta

La forma en que te cepillas los dientes tiene mucho que ver con la salud de tu dentadura. Puede que creas que mover el cepillo en tu boca un rato es suficiente. Pero no tomarse el tiempo necesario, hacerlo de manera desordenada y no llegar a todas las zonas de la cavidad bucal puede ocasionarte problemas.

Por eso, a la hora de realizar una buena higiene oral, es importante tomarse el tiempo suficiente para realizar esta tarea de manera correcta. El cepillo dental debe colocarse de manera inclinada, formando un ángulo de 45° con las encías, apoyando las cerdas sobre la unión de los dientes y el tejido gingival.

Los movimientos deben ser suaves pero firmes y han de procurar limpiar y barrer todas las superficies dentarias de todos los elementos que se encuentren en la boca. Por lo tanto, hay que cepillar las caras internas, las externas y las de masticar, de las piezas de arriba y de las de abajo.

Para limpiar las superficies internas de los dientes anteriores, el cepillo se coloca en sentido vertical y se realizan movimientos hacia arriba y abajo. Para asegurarnos que el cepillado es suficiente, todo el proceso debe tomarnos al menos 2 minutos.

Con estos movimientos de barrido buscamos eliminar la placa bacteriana. Si esta película de bacterias y residuos no se limpia, se acumula y se endurece formando sarro, causando caries, gingivitis y mal aliento.

Cepillar los dientes para cuidar la salud oral.
El cepillado diario es una parte indispensable de los cuidados que debemos procurar a la boca.

2. Limpia tu boca con frecuencia

Lo ideal es que higienicemos nuestra boca 2 veces al día, tal como lo sugiere la Asociación Dental Americana (ADA). En algunos pacientes con mayor riesgo de patologías orales o que usan aparatos de ortodoncia, es preferible que limpien sus dientes después de cada comida.

El cepillado de la mañana, al comenzar el día, ayuda a eliminar la placa que se acumula durante la noche, cuando la producción de saliva es menor y las bacterias proliferan más. Con este primer cepillado empezarás tu día con la boca limpia y el aliento fresco.

La higiene bucal de la noche, antes de ir a dormir, también es muy importante. Cepillarse los dientes antes de acostarse elimina la placa bacteriana que se acumuló a lo largo del día.

3. No te excedas

Una limpieza exagerada, muy frecuente, demasiado larga o con mucha intensidad puede resultar contraproducente. Cepillar los dientes de más o con mucha fuerza y presión puede desgastar el esmalte que se encarga de proteger la dentadura.

El esmalte es un tejido dentario muy fuerte, capaz de proteger a los dientes de todo lo que sucede dentro de la boca. Comer y beber alimentos a diferentes temperaturas y con distintas texturas, masticar y comenzar el proceso digestivo sin inconvenientes en la dentadura, es posible gracias a esta capa mineral.

Pero si los dientes pierden su capa más superficial, la dentina subyacente queda expuesta. Este tejido no está preparado para el contacto con el exterior, lo que podría originar problemas de sensibilidad o dolor.

El cepillado muy intenso también puede lesionar las encías. Al recibir una fuerza excesiva, el tejido gingival se retrae, dejando parte de la raíz del diente expuesta. Esto predispone a sufrir dolor, sensibilidad y caries de cuello.

4. Elige el cepillo adecuado para una buena higiene oral

Para realizar una buena higiene oral es necesario contar con los elementos adecuados. La elección del cepillo de dientes más apropiado para tu boca te permitirá llegar a todas sus zonas con facilidad y limpiarla de manera correcta.

Existen cepillos de dientes con distintos tipos de cerdas, formas y tamaños. Lo ideal es utilizar filamentos suaves para no dañar el esmalte y las encías.

El tamaño del cabezal no debe ser muy grande, para higienizar por partes cada sector de la boca. En cuanto a diseño, forma y material, dependerá de los gustos y necesidades de cada persona.

Los cepillos de dientes también se pueden diferenciar entre manuales o eléctricos. Ambos son capaces de realizar una adecuada higiene oral si se los utiliza bien. Aunque los eléctricos pueden facilitar el proceso en algunas personas.

Es importante recordar que el cepillo de dientes debe estar en buenas condiciones para cumplir su propósito. Ya sea eléctrico o manual, se recomienda renovarlos cada 3 meses o antes si las cerdas están abiertas o presentan signos de desgaste.

 

 

FUENTE: MEJOR CON SALUD

 

Geriatrico Elisa