Pero ahora se ha vuelto global: se está extendiendo de formas que nunca antes se habían visto y en una escala sin precedentes.
Ha habido casi 27.000 casos confirmados de la enfermedad, principalmente en hombres que tienen sexo con otros hombres, en 88 países.
La Organización Mundial de la Salud dice que se trata de una emergencia mundial. Entonces, ¿se puede detener la viruela del mono? ¿O ahora estamos condenados a que otro virus se propague por todo el mundo?
El virus
No hay nada especial en la biología del virus de la viruela del mono. No es una fuerza imparable.
Probablemente la covid lo fue: se propaga tan fácilmente que posiblemente fue imposible contenerla incluso en los primeros días de la pandemia.
Pero la viruela del mono tiene más dificultades para pasar de una persona a otra. Necesita contacto físico cercano, como a través de la piel infectada, contacto cara a cara prolongado o superficies contaminadas como una sábana o una toalla.
Los dos virus simplemente están en ligas diferentes, y los brotes anteriores de viruela del mono simplemente se han esfumado.
Y ya hemos superado el desafío mucho mayor de vencer al primo mortal del virus, la viruela.
“La viruela del mono es más fácil ya que es menos transmisible que la viruela, por lo que estamos en una posición mucho mejor”, dice Jonathan Ball, virólogo de la Universidad de Nottingham.
Sin embargo, un problema es que algunas personas tienen síntomas leves o que pueden confundirse fácilmente con una enfermedad de transmisión sexual o varicela. Eso significa que puede transmitirse involuntariamente a otros.
Las herramientas
El virus se ha metido en un grupo de personas que tienen la cantidad suficiente de sexo o de contacto íntimo con el número suficiente de parejas para superar sus propias deficiencias y propagarse.
El virus no está clasificado como una infección de transmisión sexual. Pero un estudio del New England Journal of Medicine estima que el 95% de las infecciones de viruela del mono se adquirieron a través del sexo, particularmente el sexo entre hombres.
El sexo, obviamente, está lleno del contacto íntimo piel con piel que el virus usa para propagarse.
Eso deja dos opciones para contener la enfermedad: persuadir a las personas para que tengan menos sexo o reducir el riesgo de contraer la infección cuando se exponen.
Paul Hunter, profesor de la Universidad de East Anglia afirma que “la forma más fácil de prevenirlo es cerrar todas las redes sexuales altamente activas durante un par de meses hasta que desaparezca”, pero no cree que eso suceda nunca.
Algunas personas sí han ajustado su vida sexual en respuesta a las advertencias sobre la viruela del mono y las campañas se han dirigido a las personas con mayor riesgo.
Pero Hunter argumenta que la lección de las infecciones de transmisión sexual, desde la sífilis en la Edad Media hasta ahora, es que las personas siempre tienen relaciones sexuales y “la vacunación es prácticamente la única opción”.
Afortunadamente, la vacuna contra la viruela que se utilizó para erradicar ese virus tiene una eficacia de alrededor del 85% para prevenir la viruela del mono.
Hay suministros limitados, ya que se mantienen reservas en caso de que alguien convierta la viruela en un arma, pero no para hacer frente a un brote de viruela del mono sin precedentes.
Sin embargo, no todas las personas en riesgo necesitarían vacunarse para detener el brote. La “inmunidad colectiva” significa que una vez que se protege un umbral crítico de personas, el virus ya no puede propagarse. Esto será mucho más fácil de lograr con la viruela del mono que con otras enfermedades, incluida la covid.
La gente
Si bien cualquiera puede contraer la viruela del mono, son los homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres los que se ven afectados de manera desproporcionada en este brote.
Esto puede facilitar el control del virus ya que, en general, es un grupo que está más al tanto de la salud sexual. También permite que los recursos se dirijan a quienes los necesitan, como vacunar a los hombres que tienen sexo con hombres en lugar de a toda la población.
Sin embargo, el estigma, la discriminación y el abuso pueden hacer que las personas dejen de buscar ayuda, particularmente en países donde el sexo entre hombres es ilegal.
“Algunos países no cuentan con infraestructura y es posible que algunos no tengan la voluntad de realizar pruebas para detectar la viruela del mono, porque son los hombres los que tienen sexo con hombres”, dice Francois Balloux, profesor del University College de Londres.
Todavía hay desafíos en los países que apoyan los derechos LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero). Incluso políticas como pedirles a las personas que se aíslen, con las que estamos tan familiarizados por covid, pueden tener consecuencias no deseadas.
“Eso equivale a salir del clóset, ya sea ante una esposa o padres [ya que de repente tienes que explicar por qué], por lo que existe una fuerte presión para no decir quiénes fueron tus contactos”, explica Hunter.
Entonces, ¿se puede contener la viruela del mono?
Algunos países ya parecen estar superando el virus. Reino Unido dice que la cantidad de infecciones parece haberse estabilizado en alrededor de 35 por día. Pero los casos continúan aumentando en otros lugares, incluido Estados Unidos, que ha declarado la emergencia sanitaria.
Pero no será suficiente que solo los países ricos se hagan cargo del virus cuando ahora está en más de 80 países que no tienen un largo historial de la enfermedad.
“No está muy claro para mí si se controlará por completo, algunos países podrán lograrlo, otros quizás no”, afirma Balloux.
La líder técnica de la Organización Mundial de la Salud para la viruela del mono, Rosamund Lewis, dice que es “posible” poner fin al brote, pero advierte que “no tenemos una bola de cristal” y no está claro si la organización podrá “apoyar lo suficiente a los países y las comunidades, suficiente para detener este brote”.
Los países endémicos de África, donde la viruela del mono siempre está presente, continuarán lidiando con el virus mientras salta continuamente de los animales silvestres a las personas.
Los estudios han demostrado que el problema está empeorando desde que finalizó el programa de erradicación de la viruela, ya que pocas personas menores de 50 años habrán sido vacunadas.
Lo único que lo detendría es una campaña de vacunación masiva, “pero hay un gran debate en África sobre si eso es apropiado o necesario”, asevera Hunter.
¿Qué pasa si no lo contenemos?
La preocupación es que la viruela del mono podría convertirse en una presencia permanente en personas de todo el mundo y no solo en países con animales infectados.
Por el momento eso es en hombres que tienen sexo con hombres, pero cuanto más se prolongue el brote, más posibilidades tiene el virus de establecerse más ampliamente.
Ha habido casos aislados en niños y mujeres, pero estos no han desencadenado sus propios brotes en las aulas o los lugares de trabajo.
Sin embargo, los riesgos aumentan a medida que se le da tiempo al virus para infectar mejor a las personas. Hemos sido testigos de cómo evolucionó la covid y variantes como ómicron se volvieron mucho mejores para infectarnos.
“A menos que el virus cambie, personalmente dudo que se propague entre los niños o, en general, entre las personas que no tienen muchas parejas sexuales”, ilustra Balloux.
“Pero cuanto más larga sea la espera, mayor será el riesgo de que pueda cambiar”, dijo.
El otro problema es que la viruela del mono tiene la habilidad de infectar a una amplia gama de mamíferos, incluidas ardillas, ratas, lirones y monos en África.
Existe el peligro de que el virus pueda afianzarse en otros animales y comenzar a rebotar entre especies. El brote de viruela del mono de 2003 en EE.UU., que provocó 47 casos en seis estados, fue provocado por perros de las praderas como mascotas.
Abordar este brote de viruela símica es posible, pero cuanto más tiempo lo dejemos, más difícil se vuelve y mayor el riesgo.
FUENTE: BBC NEWS