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La irritación en la piel por fricción, también llamada ‘roce’, es una lesión típica que tiene lugar cuando la piel se frota durante un tiempo prolongado o de forma rápida contra un elemento en particular. Se caracteriza por la aparición de erupciones dolorosas, que pueden acompañarse con escozor y sangrado.

En la mayoría de los casos, la lesión desaparece tras evitar el contacto con aquello que causa la fricción. No obstante, ciertas veces se complica su curación y se produce una infección. Así pues, es conveniente darle un manejo adecuado e implementar algunos cuidados para acelerar su curación. Veamos en detalle.

¿Qué es una escocedura o una lesión por fricción?

La irritación de la piel por fricción o rozamiento también recibe el nombre de ‘escocedura’ o ‘excoriación’. Según explica una publicación de la revista Offarm, son lesiones que se producen en las estructuras más superficiales de la piel.

En concreto, afectan al estrato córneo de la epidermis, es decir, la capa más superficial que se encarga de proteger frente a cualquier tipo de agresión. Y aunque este tejido es flexible y resistente frente a varios agentes físicos y químicos del entorno, puede alterarse por el constante roce contra elementos que lo debilitan.

De este modo, se produce una erupción cutánea bastante inespecífica. Por citar algunos ejemplos, sucede en la dermatitis del pañal en los bebés o al sonarse mucho la nariz al estar resfriado.

¿Qué es una escocedura o una lesión por fricción?
El continuo roce de la piel contra elementos como la ropa puede causar erupciones por fricción.

¿Cómo ocurre la irritación en la piel por fricción?

La irritación en la piel por fricción, como su propio nombre indica, se produce por un roce directo y continuo de la piel contra un objeto. Esto puede suceder en cualquier parte del cuerpo. Por ejemplo, por el roce con la ropa o con los zapatos. También es típico que se dé en los muslos al caminar.

Factores de riesgo

Aunque la causa sea algo tan simple como el roce continuo sobre la piel, lo cierto es que hay muchos factores que pueden propiciar que esto suceda. De hecho, la irritación que produce es más típica en ciertas zonas del cuerpo o al realizar algunas actividades.

Algunos factores de riesgo son los siguientes:

  • Practicar deportes como correr o montar en bicicleta. Son movimientos que suelen causar roce entre distintas partes del cuerpo entre sí, contra la bicicleta o contra el propio atuendo.
  • Vestir con ropa muy ajustada.
  • Participar en deportes de resistencia o en actividades prolongadas.
  • Transpirar de forma excesiva.

Los bebés y los niños pequeños son más propensos a padecer irritación en la piel por fricción, sobre todo si utilizan pañal, ya que aumenta la humedad en la zona y el roce al moverse.

Síntomas de la irritación en la piel por fricción

La irritación en la piel por fricción se caracteriza por un sarpullido o una erupción en la zona afectada. En general, es leve y no causa demasiado dolor. Aun así, si se mantiene el roce y la lesión se profundiza, pueden formarse ampollas o costras. De ser así, es posible experimentar también dolor, sangrado y escozor.

Con frecuencia, esto se produce en zonas débiles o que tienden a ser húmedas. Por ejemplo, en las ingles, los pies (o los talones), los muslos, las axilas y los pezones.

Posibles complicaciones

Sin un manejo adecuado, las heridas por el roce pueden provocar complicaciones. Y aunque la erupción no se extiende a otras zonas del cuerpo, puede aparecer sangrado, ampollas o costras.

En consecuencia, las bacterias proliferan en la zona y penetran en la piel. Es así como puede evolucionar hacia una infección cutánea, lo que deriva otros síntomas como sensación de calor, hinchazón, dolor, pus, entre otros.

Las infecciones deben tratarse de forma adecuada para evitar que se extiendan a otras partes del cuerpo. Esto es especialmente importante en personas que tienen un sistema inmune debilitado.

Cuidados y remedios para tratar la irritación en la piel por fricción

La irritación en la piel por fricción se suele resolver por sí sola en pocos días, al menos si la erupción es leve y se deja de ejercer ese roce. Si no es así, es posible que el daño se haga más profundo y aparezcan las complicaciones que hemos señalado.

Además, si la piel está sometida a humedad constante, es probable que se rompa o se lesione de nuevo. Por eso, es necesario intentar secar con frecuencia la zona irritada. Algunas personas aplican ciertas lociones o cremas para reducir la inflamación y el dolor en la piel.

Por ejemplo, un estudio explica que la loción a base de manteca de karité puede ser beneficiosa para este tipo de erupciones debido a sus propiedades antiinflamatorias. Algo similar ocurre con otros productos como el gel de aloe vera y los productos que contienen aceite de coco.

Ahora bien, si hay ampollas, conviene drenar el líquido para evitar complicaciones. Para ello, hay que pinchar con cuidado sus bordes, usando una aguja esterilizada. Tras hacer esto, hay que limpiar con cuidado la zona y cubrirla con una gasa antiadherente.

Cabe señalar que es importante hacer un seguimiento al proceso de curación para comprobar que no hay infección.

¿Cuándo buscar ayuda médica?

No suele ser necesario consultar al médico cuando se presenta irritación en la piel por fricción. La lesión mejora con los días, siempre y cuando se evite el contacto con el elemento que causa el roce. Sin embargo, si hay síntomas de infección, como pus, enrojecimiento y dolor intenso, es mejor acudir donde el profesional.

También se recomienda la visita al médico si la lesión se da en la cara o cerca de los ojos. El especialista determinará si es necesario el uso de antisépticos para acelerar la curación. 

¿Cómo prevenir la irritación en la piel por fricción?

Hay una serie de medidas sencillas para prevenir que aparezcan lesiones por fricción en la piel. En primer lugar, hay que intentar detener cualquier actividad en la que se comience a sentir irritación o escozor en alguna zona.

Por ejemplo, si al caminar se siente una molestia en el talón por los zapatos. También es recomendable utilizar ropa y calzado que quede bien y que sea capaz de absorber la humedad. Si se va a realizar una actividad deportiva, hay que tratar de proteger las áreas más sensibles al roce.

Para ello se pueden usar vendajes suaves en las zonas en las que ya se han generado estas lesiones alguna vez. Los polvos de talco pueden reducir la fricción y disminuyen la humedad. En el caso de los pezones, se recomienda utilizar sostenes adecuados o almohadillas que los protejan. 

¿Cómo prevenir la irritación en la piel por fricción?
Es importante identificar cuáles son los elementos que producen las lesiones en la piel para disminuir o eliminar su uso.

Lo que debes recordar

La irritación en la piel por fricción es una lesión muy frecuente. Se caracteriza por una erupción en la zona donde se ha producido el roce. Aunque es leve y autolimitada, puede complicarse cuando no se detiene la fricción.

Es necesario limpiar la zona, drenar las ampollas y aplicar productos antiinflamatorios que ayuden en la recuperación de la piel. Si hay síntomas de infección, conviene acudir al médico para recibir un tratamiento con antisépticos.

 

 

FUENTE: MEJOR CON SALUD

 

 

Geriatrico Elisa