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Los estilos de vida saludable en el adulto mayor son cruciales para que este pueda tener un envejecimiento digno y sano, y se integran en el paradigma del envejecimiento activo que viene siendo fomentado desde las instituciones y autoridades sanitarias a día de hoy.

En nuestra época, en tiempos en que en países como Venezuela avanza el envejecimiento de la población, también se ha ido extendiendo, por fortuna, una mayor sensibilidad generalizada hacia los problemas concretos y específicos de la tercera edad.

Los hábitos saludables para adultos van ejerciendo una influencia cada vez mayor en el cuerpo y la mente a medida que avanzan las edades de la humana existencia.

El envejecimiento es una etapa muy importante para todos en la que el estilo de vida forma un papel fundamental en la salud y en la calidad de vida en general.

Se trata de una etapa de cambios decisivos en la fisiología, la mente y el cuerpo de las personas, que además pueden verse negativamente afectada por factores como la inactividad que sigue a la jubilación, con lo que conlleva en sí de abandono de la vida laboral activa que tan primordial y central papel desempeña en nuestras vidas. Existe la idea generalizada de que la edad provecta ha de significar forzosamente retirarse de la vida: dejar de tener vida social, sexual, dejar de practicar ejercicio físico… Pero nunca puede ser sano retirarse de la vida. Nada acaba hasta que ya ha acabado.

Sin embargo, esta idea tan difundida aún de que la ancianidad ha de consistir en poco más que esperar el final, ha de ser contrarrestada con la concepción del envejecimiento activo, en que la vida todavía puede y debe ser vivida y disfrutada. En la tercera edad, existe además un mucho mayor riesgo de enfermedades crónicas, que pueden ser prevenidas o cuyos síntomas pueden verse considerablemente amortiguados o retrasados, gracias a los hábitos de vida saludable. Este ejerce de auténtico bálsamo, tanto curativo como preventivo, de los males de una vejez abandonada a sí misma en la creencia infundada de que la edad última del ser humano ha de ser exclusivamente una antesala de la hora final, y nada más. Creencia contraproducente y dañina que ha de ser combatida. Nunca ha de ser tarde para la felicidad. Y esta es la causa principal de los hábitos de vida sanos en el anciano.

En este contexto todo lo relacionado con la alimentación, la vida sedentaria, el consumo de alcohol y tabaco o la falta de relaciones sociales suponen un riesgo en la calidad de vida de los ancianos. Los hábitos saludables para adultos han de saber contrarrestar esto con una dieta equilibrada, vida social, y una cierta actividad física regular cada semana.

El cuidado de la salud desde la edad temprana supone la mayor prevención para que durante la vejez se preserve el mejor estado tanto cognitivo como emocional.

En este post os vamos a proponer algunos consejos de vital importancia para contribuir a un envejecimiento activo.

Comida Saludable

Es imprescindible junto con el médico establecer una dieta saludable rica en todos los nutrientes necesarios para un correcto estado de salud general. Frutas y verduras deben presentarse en las 5 comidas que se realicen al día ya que las dietas ricas en vitaminas y fibras contribuyen al buen funcionamiento del organismo. Pescados por su alto contenido proteico y bajos en grasa son idóneos para el adulto mayor y nunca olvidar la importancia de consumir productos lácteos y huevos. Debemos evitar en la medida de lo posible el consumo de productos ricos en azúcares y grasas como la manteca y productos fritos con abundante aceite. Las personas mayores necesitan algo más de calorías y hierro que en edades anteriores, así como mayores cantidades de omega-3, presente en las grasas poliinsaturadas y cardiosaludables de los pescados. Así pues, cuidar fundamentalmente de una dieta rica en proteínas, baja en grasas monoinsaturadas y en calorías, y cardiosaludable, es primordial para un envejecimiento saludable y para aumentar y mejorar la calidad de vida de la persona anciana.

Ejercicio físico

Supone la clave para un envejecimiento saludable. La recomendación general es dedicar al menos 2h y 30 minutos semanales a la actividad física de carácter moderado. Andar, nadar o bailar entre otros, favorecen la movilidad, reducen el riesgo de enfermedades cardíacas, mantiene el peso adecuado y aumenta la confianza al realizar cualquier movimiento. Es importante destacar que el médico deberá indicar cuáles son los ejercicios más indicados y así evitar posibles lesiones o contraindicaciones ante cualquier enfermedad. Estos consejos son importantes, pues fundamentalmente la actividad física a avanzadas edades es imprescindible para evitar problemas y afecciones vasculares. He aquí uno de los pilares de los estilos de vida saludable en el adulto mayor

Evita el tabaco

Este es otro de los aspectos fundamentales en los hábitos de vida sanos de la persona anciana. Según la OMS el consumo de tabaco supone una de las principales causas de fallecimiento ya que contribuye a padecer enfermedades cardiovasculares o cáncer. Las personas fumadoras durante la tercera edad tienen mayor riesgo de padecer las consecuencias nocivas del consumo del tabaco. El abandono del hábito aumenta significativamente la esperanza de vida. Hemos de tener en cuenta que el tabaco activa las enzimas precancerígenas en el organismo, y su hábito ejerce un efecto muy negativo en nuestro sistema cardiovascular, por lo que no es recomendable conservar la adicción a la nicotina, sobre todo a edades avanzadas. Si no es posible reducir drásticamente su consumo, lo indicado es abandonarlo por completo.

Cuidar la higiene

Suele ser muy común la aparición de problemas bucales y dermatológicos. Es recomendable la visita al odontólogo al menos una vez al año para llevar una correcta salud bucal. Entre las afecciones más comunes están la caries, gingivitis, periodontitis y mal aliento, entre otros. Por otro lado, mantener al adulto mayor siempre hidratado para evitar que su piel este desprotegida de agresiones externas.

Actividades Sociales

Las actividades compartidas con otras personas favorecen el bienestar y suponen un aspecto fundamental para la salud. Disfrutar del entorno, reunirse con amigos, salir a bailar, clases de manualidades entre otras, favorecen un mejor estado de ánimo. El adulto mayor necesita de la comunicación y relación también con otras generaciones que aumente sus conocimientos y le llene de optimismo.

La importancia de sentirse acompañado

La soledad supone uno de los mayores problemas a los que se puede enfrentar el adulto mayor. Sentirse querido y acompañado de amigos y familiares durante esta etapa contribuye a favorecer el estado de ánimo. La felicidad y el hecho de vivir de una manera positiva repercuten en el estado de salud general y es importante vivir en un entorno en el que sentirse útil. El bienestar psíquico y emocional es una condición ineludible para la felicidad de la persona, y es por ello que resulta de tan capital importancia fomentar la salud mental de la persona mayor.

 

 

FUENTE: MSOLUCIONAGOYA

 

 

Geriatrico Elisa