El ictus o accidente cerebrovascular es una emergencia médica que requiere de asistencia neurológica urgente, debido a que con cada minuto que se pasa sin atención profesional, se reducen las posibilidades de recuperación.
Gracias al avance durante las últimas décadas en el diagnóstico y el tratamiento de los accidentes cerebrovasculares, se ha logrado mejorar la atención inmediata de los pacientes. Algo de suma importancia, puesto que el ictus representa la segunda causa de muerte más prevalente en España. La primera entre las mujeres y la tercera en los hombres.
5 beneficios médicos de la unidad de ictus
Desde su llegada hace un par de décadas, las unidades de ictus han permitido salvar la vida de pacientes con casos críticos de ictus. Y ya que nadie está exento de sufrir un derrame cerebral en algún momento de su vida, adquirir un seguro de salud es una decisión recomendable para cuidar de nosotros mismos y de nuestra familia. De esta manera, será más fácil recibir cuidados prioritarios y estar en las manos de profesionales que velarán por nuestro bienestar.
Ahora bien, ¿qué otras ventajas proporcionan las unidades de ictus?
1. Permiten una asistencia rápida y especializada
Los accidentes cerebrovasculares requieren de atención médica urgente, puesto que cada minuto desperdiciado podría significar la vida del paciente. Debido a esto, varios estudios han resaltado que el principal beneficio de la unidad de ictus es ofrecer una asistencia rápida y especializada que permita mejorar el pronóstico de la enfermedad.
Por lo general, los pacientes que sufren de hemorragias llegan más rápido al hospital que aquellos con infartos; algo que podría explicarse por el dramático inicio del cuadro y las alteraciones del nivel de conciencia. Sin embargo, sea cual sea el caso, actuar con rapidez y acudir de inmediato a la unidad de ictus ante la presencia de síntomas sospechosos es vital.
2. Poseen los equipos necesarios para un tratamiento oportuno
En las unidades de ictus, los pacientes con accidentes cerebrovasculares, como infartos y derrames cerebrales, ingresan en una fase de control en la que permanecen durante 48 a 72 horas para recibir la atención neurológica necesaria. Durante este tiempo de hospitalización, las personas son controladas por expertos especializados que tienen a su alcance los instrumentos necesarios.
Por ejemplo, se hacen uso de monitores que evalúan la función cardiaca, respiratoria y la temperatura. Además de contar con enfermeras especializadas que cuidan y valoran de forma periódica el estado neurológico de los pacientes (nivel de conciencia, capacidad de lenguaje y fuerza de las extremidades, etc.).
3. Reducen el deterioro neurológico precoz
Esta se trata de una de las complicaciones más comunes entre aquellas personas que sufren un ictus, llegando a afectar a un 20-30 % de los pacientes. Por fortuna, se ha demostrado que gracias a la temprana detección, los tratamientos efectivos y el personal calificado de las unidades de ictus, se pueden reducir hasta en un 50 % los casos de deterioro cognitivo precoz.
Es importante resaltar que este deterioro mental no tiene tratamiento; por lo que acudir rápidamente en busca de ayuda en caso de síntomas se hace indispensable para evitarlo al máximo. Tras ingresar en la unidad, y dependiendo de su gravedad, los pacientes que presentan esta complicación es muy probable que vuelvan a padecer otro ictus y empeoren.
4. Ayudan a informar a las personas
El acceso a información oportuna es una de las claves fundamentales para salvar vidas mediante la prevención y la rápida actuación en caso de emergencias. En las unidades de ictus se realizan talleres de concientización para enseñar datos importantes respecto a los accidentes cerebrovasculares; tales como el reconocimiento de síntomas de alarma y la importancia de la rápida reacción.
Y es que en muchos casos no existen episodios dramáticos como hemorragias, crisis convulsivas o desmayos repentinos, sino que el cuerpo envía señales que pueden ser malinterpretadas. Por ejemplo, es importante buscar ayuda de inmediato cuando se experimenta inestabilidad, alteraciones visuales y cefalea o cambios en el lenguaje, la memoria y el estado mental.
5. Ofrecen el acceso a cirugías de emergencia
Cuando se presentan casos de enfermedad cerebrovascular hemorrágica se hace indispensable realizar cirugías de emergencia para reducir el alto índice de mortalidad que reportan estos padecimientos. Por lo que, cuando se logra llevar a los pacientes a tiempo a su unidad de ictus más cercana, se pueden practicar estos delicados procedimientos y salvar así su vida.
A su vez, las personas que han sufrido de ictus de origen cardíaco necesitan de cirugía revascularizadora directa e indirecta. Debido a esto, los pacientes con compresiones de la arteria vertebral y los que necesitan tratamientos endovasculares representan algunos de los grupos especiales de tratamiento quirúrgico en las unidades médicas.
La llegada de la unidad de ictus ha salvado millones de vidas
A pesar de que la implementación de estas unidades de atención médica especializada se remonta hasta hace solo un par de décadas, lo cierto es que con sus profesionales y equipos de calidad se han logrado salvar la vida de millones de personas alrededor del mundo.
Y gracias a que ofrecen nuevas modalidades terapéuticas para el tratamiento de enfermedades específicas, permiten prevenir y tratar los accidentes cerebrovasculares. Así que en casos de emergencia, acudir en busca de ayuda es ponerse en las mejores manos posibles.