Según la Asociación Española Contra la Osteoporosis (AECOS) , c erca de tres millones de personas padecen esta afección en nuestro país y la mayor parte de ellas son mujeres. De hecho, una de cada tres sufre osteoporosis después de la menopausia. En este sentido, la experta de Cinfa concreta que «la masa ósea es la densidad y calidad de hueso que tiene una persona en su esqueleto. Esta debe adquirirse durante la infancia y juventud, porque el ser humano alcanza su pico máximo de masa ósea a los 30 ó 35 años de edad, y a partir de ahí, comienza a descender. Este proceso de pérdida suele ser lento, pero la disminución de estrógenos que desencadena la menopausia lo puede acelerar; es por eso que se trata de una dolencia más habitual entre la población femenina ».
Además del género y la edad, otros factores que aumentan el riesgo de padecer esta afección son los antecedentes familiares —existe una predisposición genética—, y el hecho de tener una constitución física pequeña o un bajo índice de masa corporal. «También la carencia de calcio y vitamina D, el consumo de tabaco y alcohol o llevar un estilo de vida sedentario pueden debilitar seriamente nuestro esqueleto», advierte la experta.
El síntoma, la fractura
La osteoporosis no presenta síntomas en sus etapas iniciales y, a menudo, es la primera fractura la que lleva a descubrirla. Sobre todo, estas suelen afectar a la columna vertebral, las muñecas, la cadera, la pelvis y el húmero .
Por este motivo, el principal objetivo del tratamiento es minimizar el riesgo de sufrirlas, indica la doctora Garre. «Para lograrlo, tan importantes como las medidas farmacológicas —medicamentos que frenen la pérdida de masa ósea o suplementos de calcio y/o vitamina D— son otros consejos relacionados con llevar desde la infancia un estilo de vida saludable que fortalezca nuestros huesos. Por ejemplo: i ncorporar a la dieta alimentos ricos en calcio, hacer ejercicio de manera regular y cuidar las posturas corporales», concluye.