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Alimentación saludable en la tercera edad

Una buena alimentación en la tercera edad es esencial para mantener la salud, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. A medida que envejecemos, el cuerpo cambia y también lo hacen nuestras necesidades nutricionales. Por eso, seguir una dieta adecuada ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, conservar la masa muscular y mantener niveles óptimos de energía.

Uno de los pilares clave es el consumo de alimentos ricos en nutrientes. Frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas magras deben ser la base de la dieta diaria. Estos alimentos proporcionan vitaminas, minerales y fibra, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Es importante también hidratarse adecuadamente. Muchas personas mayores no sienten tanta sed como antes, pero el cuerpo sigue necesitando agua. Tomar al menos 6 a 8 vasos de agua al día, junto con caldos o infusiones suaves, ayuda a prevenir la deshidratación y problemas digestivos.

El control de porciones y frecuencia de comidas también es fundamental. En la tercera edad, el metabolismo se vuelve más lento, por lo que es recomendable comer porciones moderadas varias veces al día, en lugar de grandes comidas pesadas.

Además, se debe prestar atención a nutrientes específicos como el calcio y la vitamina D, necesarios para mantener los huesos fuertes y prevenir la osteoporosis. Lácteos bajos en grasa, pescados como el salmón y alimentos fortificados son buenas opciones.

Por último, reducir el consumo de azúcares añadidos, sal y grasas saturadas ayuda a controlar la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares.

Una alimentación saludable en la tercera edad no solo promueve la longevidad, sino que también mejora el ánimo, la movilidad y la independencia. Siempre es recomendable consultar con un nutricionista para adaptar el plan alimenticio a las necesidades individuales.

Fuente confiable: National Council on Aging

Geriatrico Elisa