Por qué la actividad física en frío es importante
La actividad física en frío se vuelve esencial cuando las temperaturas bajan y la motivación disminuye. Mantener el movimiento en los meses fríos ayuda a conservar la movilidad, fortalecer articulaciones y mejorar la circulación. También contribuye al equilibrio emocional, ya que el ejercicio favorece la liberación de endorfinas en una época en la que es común la reducción de actividades al aire libre. Para las personas mayores, continuar con rutinas adecuadas reduce la rigidez muscular y previene la pérdida de fuerza que puede producirse durante el invierno.
Los meses fríos suelen asociarse con un aumento del sedentarismo. Adaptar las rutinas a espacios interiores o a actividades más suaves permite mantener beneficios sin exponerse a condiciones climáticas extremas. Realizar movimientos regulares incluso en casa es suficiente para preservar la flexibilidad y evitar que cambie la eficiencia del sistema cardiorrespiratorio por falta de actividad.
Actividades seguras para los meses fríos
Para seguir una rutina sostenible, la actividad física en frío debe adaptarse al entorno disponible. Ejercicios como estiramientos, caminatas suaves en interiores, rutinas de movilidad articular o subir y bajar escalones representan opciones prácticas y seguras. Estas actividades requieren poco espacio y permiten mantener la musculatura activa sin necesidad de equipamiento complejo. Incorporarlas a horarios específicos ayuda a crear hábitos y a mantener un ritmo saludable incluso en días menos motivadores.
El baile ligero, las sesiones de fortalecimiento con bandas elásticas y las prácticas de equilibrio también son opciones válidas para los meses fríos. Estas actividades favorecen la estabilidad corporal y reducen el riesgo de caídas, un aspecto fundamental para personas mayores. Además, permiten ajustar la intensidad según las necesidades de cada persona, evitando esfuerzos excesivos.
Consejos para mantenerse activo sin exponerse al clima
Una estrategia eficaz para sostener la actividad física en frío consiste en dividir los ejercicios en sesiones cortas a lo largo del día. Moverse diez minutos varias veces puede generar beneficios comparables a una sesión más larga. Mantener una temperatura adecuada en el hogar, hidratarse correctamente y usar ropa cómoda favorece la adherencia a la rutina diaria. También es recomendable alternar tipos de ejercicios para mantener la motivación y trabajar diferentes áreas del cuerpo.
Crear una zona segura dentro del hogar facilita la práctica regular. Retirar objetos que obstaculicen el paso, utilizar una silla firme para apoyo y asegurar que el suelo no sea resbaladizo mejora la seguridad durante el ejercicio. Cuando las condiciones lo permiten, una caminata corta en exteriores, con ropa térmica y calzado adecuado, complementa la rutina y aporta variedad.
Fuente: Mayo Clinic


